La técnica de la tortuga es una estrategia para enseñar a los niños a controlar su rabia y manejar la frustración.
En general los niños escuchan de los adultos la instrucción “cálmate”, pero no necesariamente esto tiene sentido para ellos, y es muy difícil que logren cambiar su comportamiento. Por esta razón, es necesario explicar a los niños qué es específicamente lo que queremos de ellos cuando les pedimos que se calmen. Para eso se puede utilizar la técnica de la tortuga.
La técnica consiste en 4 pasos:
1. Reconocer que estás enojado por alguna razón
2. Pensar: Para!
3. Ingresar al caparazón, respirar profundamente y pensar “tal vez fue un accidente, yo puedo pensar en una buena solución, yo sé resolver los problemas de una buena manera”
4. Salir del caparazón y pensar en alguna buena solución para el problema.
Esta técnica se puede trabajar en grupo grande o pequeño, con cuentos, títeres, canciones.
Como complemento se pueden enseñas algunas técnicas básicas de respiración usando métodos visuales (mímicas) como por ejemplo: Oler una flor y soplar los pétalos, inflar un globo, hacer burbujas.
Y además enseñar cuáles son las soluciones posibles frente a diversos problemas:
– Llamar a la profesora
– Preguntar amablemente
– Ignorar
– Decir: “por favor, para!
– Decir “por favor”
– Compartir
– Intercambiar
– Organizar turnos
Estas distintas soluciones pueden también trabajarse en grupo grande contando cuentos donde los personajes las utilicen, con títeres o canciones. Cada vez que se trabaje una solución, se puede dejar un dibujo de ella pegado en la sala y al final quedará un mural con “soluciones posibles” frente a un problema, al cual los niños podrán recurrir cuando lo necesiten.